Este primer pararrayos se conoce como "Pararrayos Franklin" en homenaje a su inventor.
En 1747 B. Franklin inició sus experimentos sobre la electricidad. Adelantó una posible teoría de la botella de Leyden, defendió la hipótesis de que las tormentas son un fenómeno eléctrico y propuso un método efectivo para demostrarlo. Su teoría se publicó en Londres y se ensayó en Inglaterra y Francia antes incluso de que él mismo ejecutara su famoso experimento con una cometa en 1752. Inventó el pararrayos y presentó la llamada teoría del fluido único para explicar los dos tipos de electricidad atmosférica, la positiva y negativa.
Desde el paso de gigante de Franklin en el siglo XVIII se puede considerar el invento de los sistemas de protección no captadores como el siguiente paso adelante en el campo de la protección contra los rayos.